Un principio rector fundamental en mi proceso de rehabilitación personal y desarrollo profesional es la creencia fundamental en la capacidad inherente del cuerpo humano para sanarse a sí mismo. Como fisiatra, mi responsabilidad es cultivar y maximizar este potencial mediante una cuidadosa selección de tratamientos conservadores y procedimientos intervencionistas. El proceso de rehabilitación rara vez es lineal; sin embargo, cuando el énfasis se centra en maximizar las capacidades funcionales, se obtienen excelentes resultados.