Inyecciones epidurales de esteroides

La epidural se administra para reducir el dolor y la inflamación. La situación más común es cuando se comprime un nervio, lo que puede provocar su inflamación. Esta inflamación causa dolor en la columna vertebral y en la distribución nerviosa del brazo o la pierna, por lo que el objetivo de la epidural es reducir la inflamación y, por lo tanto, el dolor.

Lamentablemente, no hay garantía de que el dolor se alivie con la epidural. Sin embargo, aproximadamente el 70 % de los pacientes (con pinzamiento nervioso agudo) obtienen al menos un 50 % de alivio con la epidural.

Generalmente, una paciente puede recibir hasta tres o cuatro epidurales al año, con un intervalo mínimo de dos semanas (aunque es recomendable recibir la menor cantidad posible). Las epidurales pueden repetirse cuando sea necesario si el dolor reaparece. Demasiadas epidurales pueden tener efectos secundarios significativos.

Generalmente, las epidurales se toleran bien; sin embargo, a veces se experimentan efectos secundarios, como insomnio, fiebre baja, aumento del dolor por esteroides, enrojecimiento facial, cambios de humor, retención de líquidos, presión arterial alta y niveles elevados de glucosa en sangre. Estos efectos secundarios son temporales. El uso prolongado de esteroides en dosis altas puede aumentar el riesgo de infección, osteoporosis y aumento de peso. Las personas con diabetes deben controlar cuidadosamente sus niveles de glucosa en sangre después de la epidural.

Todos sentirán una punzada de ardor al inyectar el anestésico local. Además, es normal sentir presión a medida que la aguja se desplaza hacia el objetivo. A medida que se inyecta el medicamento, a veces puede aumentar el dolor en el brazo o la pierna al rodear una raíz nerviosa inflamada. Este aumento del dolor es temporal. Por lo general, los pacientes solo sienten una leve molestia durante estos procedimientos. Se puede usar sedación intravenosa "consciente" con Versed (midazolam) para ayudarle a relajarse durante el procedimiento. Esto puede aliviar o no el dolor durante el procedimiento.

Los riesgos incluyen, entre otros, sangrado, infección, daño nervioso, parálisis y reacción a los medicamentos utilizados. Las consecuencias catastróficas de la epidural son excepcionalmente raras y no se han presentado en nuestra clínica.

A veces, se presenta dolor y entumecimiento en un brazo o una pierna debido a un nervio pinzado. La epidural puede aliviar el dolor, desenmascarando así el entumecimiento.

Las alternativas a la epidural se determinan caso por caso. En ocasiones, si un nervio está comprimido y la epidural y otros tratamientos conservadores no alivian el dolor, una cirugía descompresiva (para aliviar la presión sobre el nervio) puede ser una opción.

Las epidurales son procedimientos altamente especializados que requieren una máquina de rayos X (fluoroscopia), un médico capacitado para realizar estos procedimientos, un técnico en rayos X y una enfermera. En muchos casos, también requieren la autorización del seguro. Antes de una epidural, no se puede comer ni beber nada durante seis horas. Por estas razones, las epidurales se realizan en días específicos cuando los procedimientos se programan juntos para una mayor eficiencia. Generalmente, se realiza una visita clínica antes para revisar las imágenes, hablar sobre la epidural a fondo, revisar los riesgos y beneficios, y dar al paciente la oportunidad de hacer preguntas. Esto facilita el procedimiento.

Debido a la posición en la que se encontrará durante la epidural (boca abajo), existe un pequeño riesgo de aspiración. Esto ocurre cuando el contenido del estómago sube por el esófago y regresa a la tráquea. El riesgo es mayor si se utiliza sedación intravenosa con Versed (midazolam).

Dado que la epidural implica el uso de una aguja espinal, existe un riesgo inherente de sangrado. Si se produce un sangrado significativo en el espacio epidural, puede causar parálisis. Este riesgo aumenta si el paciente toma anticoagulantes. Por lo tanto, les pedimos a los pacientes que suspendan sus anticoagulantes durante un número determinado de días (dependiendo del anticoagulante) antes de la epidural. Es responsabilidad del paciente obtener la autorización del médico que le recetó el anticoagulante (generalmente un cardiólogo) para suspenderlo temporalmente. Solicitamos que esta autorización se envíe por escrito y por fax a nuestra oficina, donde se incluirá en su historial clínico.

Puede tomar hasta 5 a 7 días para que usted note alivio del dolor luego de la administración de la epidural; sin embargo, muchos pacientes informan alivio del dolor mucho antes.

Lamentablemente, esto no se puede predecir. Algunos pacientes no obtienen alivio con la epidural, mientras que otros lo logran durante meses o incluso años. Los factores que influyen en esto incluyen, entre otros, el tipo y la gravedad de la patología, la duración del diagnóstico, la respuesta previa a los esteroides, la edad y el estado de salud.

La epidural utiliza lidocaína, que puede causar adormecimiento temporal de la pierna o el brazo, lo que hace peligroso conducir después de la epidural. Recomendamos pedirle a un amigo o familiar que la lleve, y no a un taxi ni a un Uber/Lyft, ya que un conductor no podrá ayudarla a llegar a su casa si lo necesita. Si llega sin conductor, es posible que le pidan que cambie la fecha de su cita.

Estará en nuestra oficina entre una hora y una hora y media aproximadamente. Esto incluye registrarse, revisar los riesgos, firmar el consentimiento informado, administrar la epidural y recuperarse. En la mayoría de los casos, la epidural dura menos de 15 minutos.

Si persiste el dolor o una limitación funcional significativa, se puede repetir la epidural, lo que podría reducir aún más la inflamación y el dolor. Recuerde que la epidural no se administra para prevenir el dolor, sino solo para tratarlo, por lo que no debe administrarse otra inyección si el dolor desaparece.

Es importante tomarse las cosas con calma el día de la epidural. Se permiten actividades ligeras como caminar, tareas domésticas ligeras e incluso trabajar (si no es demasiado extenuante). También se puede viajar el día de la epidural, incluso en avión (sin embargo, evite conducir durante al menos dos horas después de la epidural, a menos que haya recibido sedación intravenosa; en ese caso, evite conducir hasta el día siguiente). Evite remojar o sumergir la zona de la inyección durante 48 horas; esto incluye baños, jacuzzis y piscinas. Se pueden duchar con regularidad. La curita colocada en el lugar de la inyección puede retirarse el mismo día de la epidural.

Llame a nuestra oficina de inmediato si experimenta dolor de cabeza intenso, dolor intenso en el brazo o la pierna, enrojecimiento o supuración en el lugar de la inyección, fiebre, escalofríos o debilidad que empeora al salir de la clínica. Estos síntomas son muy poco frecuentes. Si considera que necesita atención médica inmediata, llame al 911.

Las razones más comunes para cancelar la epidural son si olvidó suspender el anticoagulante o si tiene una infección (como una infección urinaria), independientemente de si está tomando antibióticos. La epidural se puede administrar cuando se haya recuperado completamente de la infección y no haya presentado síntomas (incluida la fiebre) durante 24 horas, y haya finalizado el tratamiento con antibióticos.

Las epidurales implican un registro exhaustivo, que incluye la verificación del procedimiento exacto y la revisión de los riesgos y beneficios de la inyección. Además, si se desea sedación intravenosa (opcional), la enfermera deberá colocar una vía intravenosa antes del procedimiento. Por lo tanto, para garantizar que nuestros procedimientos se desarrollen sin contratiempos, pedimos a los pacientes que lleguen 30 minutos antes de la hora programada para su epidural. Si llega tarde, es posible que se le pida que reprograme su cita. Por favor, avísenos con al menos 24 horas de anticipación si necesita reprogramar o cancelar su procedimiento. Si no se presenta, se le cobrará un cargo de $100.